Conocí a mi dama,
ese día en que los sueños dejan de ser sueños,
para caer en la nada.
Recuerdo cuando la encontré,
el mismo día en que el mundo me dejo de escuchar,
O mas bien nunca lo hizo,
por eso mejor digo,
no te encontré sino te busque.
A ti mi dama,
tu nombre me ardió,
la primera vez que lo oí,
como una voz,
que solo el alma, Yo,
puede escuchar y sentir.
Soledad, soledad,
así me susurrabas,
y suave me acariciabas diciendo, alma ven,
deja de soñar,
soy tu verdad, tu realidad,
soy tu dama soledad.
Te buscaba con ansiedad,
pero junto a ti ya no deseo estar,
me dañas, me haces llorar,
Abandóname, Mi Dama Soledad....